La queilitis angular es una afección dermatológica que afecta a la comisura de los labios. Aunque no es grave, se trata de un problema al que debemos darle la atención que merece debido a sus posibles implicaciones en la salud bucodental. Por eso, a lo largo de este artículo vamos a explorar en qué consiste la queilitis angular, sus efectos en la salud oral y los métodos efectivos de tratamiento.
Tabla de contenidos
¿En qué consiste la queilitis angular?
También conocida como queilitis angular estomatítica o boquera, esta afección es una inflamación en la comisura de los labios. Se manifiesta a través de fisuras, enrojecimiento e incluso pequeñas ulceraciones en la zona afectada.
La humedad acumulada en la comisura de los labios y la presencia de hongos o bacterias son causas comunes de esta condición, aunque factores como las deficiencias nutricionales, la inmunosupresión y la mala higiene oral también pueden contribuir a su aparición.
¿Cómo afecta a la salud bucodental?
La queilitis angular no solo es una preocupación estética, sino que también pueden tener efectos negativos en la salud de tu boca. Las fisuras en la comisura de los labios pueden dificultar la tarea de hablar, comer y hasta separarlos con normalidad. Además, interfiere con una higiene bucal adecuada, aumentando el riesgo de infecciones adicionales.
La incomodidad y el dolor asociados a la queilitis angular suelen provocar que comamos menos para evitar las molestias, especialmente en el que caso de aquellos alimentos que requieren una apertura significativa de la boca. A su vez, esto tiene consecuencias nutricionales y afecta a tu salud en general. Además, la presencia de fisuras crea el ambiente propicio para la entrada de patógenos, aumentando la susceptibilidad a infecciones secundarias, como la aparición de aftas.
¿Cómo se debe tratar la queilitis angular?
El tratamiento requiere un enfoque integral y personalizado. En primer lugar, es esencial que identifiques y abordes la causa subyacente. Si se debe a la presencia de hongos, lo más habitual es recetar antifúngicos tópicos, como el clotrimazol o el miconazol. En casos asociados con infecciones bacterianas, te han de prescribir antibióticos tópicos o sistémicos, según la gravedad de la afección. Por supuesto, tu médico de cabecera será el encargado de recomendarte el medicamento que pueda dar una mejor solución al problema.
Además de tratar la infección que lo origina, es crucial que adoptes medidas para aliviar los síntomas y evitar que vuelva a suceder. Mantener la zona afectada seca y aplicar cremas o pomadas hidratantes te ayudará a acelerar el proceso de curación y reducir la irritación. También es muy recomendable que evites el hábito de lamerte los labios, ya que la saliva puede empeorar la irritación y favorecer el crecimiento de bacterias.
En casos más graves o persistentes, será necesario que consultes a un dermatólogo o un dentista para que evalúen la situación y te den consejos adaptados a tu caso concreto. Además, es importante abordar cualquier condición subyacente, como deficiencias nutricionales o problemas inmunológicos, para prevenir su reaparición.
¿Qué efectos tiene la queilitis angular a largo plazo?
Si no lo tratas adecuadamente, esta afección puede afectar negativamente la salud de tu boca a largo plazo. La incomodidad al comer y hablar llevaría a una ingesta reducida de alimentos y una higiene oral deficiente, aumentando el riesgo de caries, enfermedades periodontales y otras complicaciones dentales. Además, la persistencia de la queilitis podría indicarte un problema de salud subyacente, como deficiencias nutricionales o inmunológicas, que requieren atención médica especializada.
La queilitis angular no es simplemente una afección estética; sus efectos pueden repercutir en la salud de tu boca y, en última instancia, en tu calidad de vida. La pronta identificación de los síntomas, la aplicación de un tratamiento adecuado y la adopción de medidas preventivas son cruciales para prevenir complicaciones y restaurar la salud de la comisura de tus labios. Consultar a un dentista es fundamental para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado.
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