Si hay unas piezas dentales que se han ganado a pulso la fama de problemáticas, esas son las muelas del juicio. Aparecen cuando crees que tu boca ya está completa y, en muchos casos, no vienen solas: traen dolor, molestias al masticar e inflamación. En Clínica Dental Parque recibimos cada semana a pacientes con dudas y molestias relacionadas con las muelas del juicio, así que hemos preparado esta guía para ayudarte a entenderlas mejor.
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¿Qué son las muelas del juicio?
Vamos a empezar por lo más básico: las muelas del juicio, también llamadas terceros molares, son los últimos dientes en aparecer, ya que lo hacen entre los 17 y los 25 años, aunque no siempre llegan a salir por completo. En algunos casos se quedan retenidas bajo la encía o dentro del hueso, lo que puede generar molestias y problemas sin que lleguen a asomar del todo.
Antiguamente, cuando la dieta era más dura y la higiene dental mucho más precaria, las muelas del juicio tenían su función. Hoy, sin embargo, muchas personas no tienen suficiente espacio en la boca para que salgan correctamente, y por eso suelen dar guerra cuando menos nos lo esperamos.
¿Por qué dan problemas las muelas del juicio?
El principal problema es el espacio. Si la mandíbula no tiene sitio suficiente, la muela puede empujar a los dientes vecinos, salir torcida o no salir del todo. Estos son algunas de los problemas más habituales:
Inflamación de la encía alrededor de la muela por la acumulación de bacterias y restos de comida.
Dolor o presión en la zona posterior de la mandíbula.
Infecciones recurrentes, que provocan hinchazón, fiebre o dificultad para abrir bien la boca.
Desplazamiento del resto de dientes, sobre todo si llevas ortodoncia o tienes una mordida un poco ajustada.
También pueden formarse quistes en la zona donde está la muela retenida, lo que puede dañar la raíz de otros dientes o el hueso mandibular.
¿Cuándo hay que quitar las muelas del juicio?
No siempre hay que quitar todas las muelas del juicio. Si están bien alineadas, han salido del todo, y no generan molestias ni problemas, pueden quedarse sin problemas. Pero si provocan dolor, infecciones o están empujando al resto de los dientes, lo recomendable es retirarlas cuanto antes para evitar problemas a largo plazo, aunque en algún momento pueda darnos miedo.
Estos son algunos de los casos en los que sí suele recomendarse la extracción:
Las muelas han salido de la encía parcialmente y no podemos cepillarlas bien.
El paciente sufre infecciones en la zona con frecuencia.
Hay dolor continuo o molestias al masticar.
Están afectando al resto de dientes y muelas.
Se han detectado quistes o caries imposibles de tratar.
Cada caso es distinto, y por eso es importante hacer una radiografía para ver en qué posición se encuentra la muela y valorar el estado del hueso y de las raíces.
¿Qué puedes hacer si te duelen?
El dolor en las muelas del juicio suele aparecer en la parte posterior de la boca, justo donde terminan los últimos molares. Es una molestia muy característica, que puede comenzar de forma leve, con una sensación de presión, y terminar convirtiéndose en un dolor agudo e incluso constante. En muchas ocasiones, este dolor también se irradia hacia otras zonas, como el oído, la garganta o la mandíbula, lo que puede generar cierta confusión sobre su origen. ¿Te ha pasado?
Una de las causas más comunes de este dolor es la erupción parcial de la muela. Cuando no tiene espacio suficiente para salir correctamente, puede empujar el resto de los dientes o quedar atrapada bajo la encía, generando inflamación e incluso infección. En estos casos, la zona puede hincharse y volverse muy sensible al masticar y al hablar. Además, también es habitual sentir que cuesta abrir del todo la boca o notar una especie de «palpitación» en la zona posterior.
El dolor también puede deberse a una acumulación de bacterias y restos de comida entre la muela y la encía, algo muy frecuente cuando la pieza ha salido solo parcialmente. Esto favorece la aparición de infecciones, que en ocasiones vienen acompañadas de mal sabor de boca, fiebre o molestias al tragar. A diferencia del dolor dental por caries, que suele ser más localizado, el dolor de las muelas del juicio puede extenderse y agravarse con el paso de los días si no se trata.
Lo más recomendable en estos casos es acudir cuanto antes al dentista para revisar la situación con una radiografía y valorar si es necesario actuar. Mientras tanto, mantener la zona limpia, evitar alimentos duros y no aplicar calor directamente sobre la zona afectada puede ayudar a aliviar las molestias. También es posible tomar algún analgésico para reducir el dolor, aunque siempre es mejor hacerlo con supervisión profesional.
¿Cómo es la extracción de una muela del juicio?
Cuando es necesaria, la extracción de la muela del juicio suele hacerse con anestesia local y en una sola sesión. En casos más complejos, por ejemplo si la muela todavía no ha salido, se puede hacer una pequeña cirugía ambulatoria. Es un procedimiento muy habitual que, con los cuidados adecuados, tiene una recuperación rápida.
Después de la extracción, es normal que haya algo de inflamación o molestias durante unos días. Nuestro equipo te indicará cómo cuidarte, qué puedes comer y qué debes evitar para que la recuperación sea lo más cómoda posible.
¿Hay que quitar todas las muelas del juicio?
No. De hecho, en muchos casos no hace falta tocar nada. Pero si están dando señales de alerta, no podemos ignorarlas. Cuanto antes se comprueben, antes se podrá tomar una decisión con calma y evitar problemas mayores.
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